Los avances tecnológicos han cambiado significativamente la forma en que nos comunicamos y colaboramos en nuestra vida personal y profesional. Las herramientas de videoconferencia permiten ahora a las personas conectarse independientemente de la distancia geográfica. Estas herramientas han permitido a las empresas ahorrar tiempo y dinero y establecer relaciones más sólidas con empleados y socios remotos. Las aplicaciones de colaboración a distancia nos permiten trabajar juntos de forma más eficaz y flexible. Las herramientas de videoconferencia han revolucionado la comunicación. Pero es imperativo examinar el impacto de estas herramientas en el equilibrio entre la vida laboral y personal en el lugar de trabajo, que es crucial para el bienestar general y la productividad.

En muy pocos años, la opinión generalizada en los departamentos de Recursos Humanos de las empresas es que las aplicaciones a distancia han permitido flexibilizar las modalidades de trabajo, ofreciendo a los empleados un mejor equilibrio entre la vida profesional y la personal. Las personas que tienen compromisos familiares o se desplazan largas distancias para laborar pueden beneficiarse especialmente de esta flexibilidad. Las herramientas de videoconferencia pueden reducir el estrés y mejorar la satisfacción laboral al permitir a los empleados colaborar desde casa o desde otros lugares remotos. La mayoría de los empleados no discutirán estos puntos.

Pero también puede haber inconvenientes.

Según un artículo de gran alcance de la SHRM (Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos, por sus siglas en inglés) reveló que los empleados remotos trabajan más tiempo, asisten a más reuniones y mantienen más canales de comunicación.

En una encuesta realizada a 2,800 trabajadores por la empresa de contratación de personal Robert Half, con sede en Los Ángeles, casi el 70% de los que se pasaron al trabajo a distancia a causa de la pandemia hacen sus tareas profesionales ahora los fines de semana, mientras que el 45% afirma ocuparse habitualmente más horas entre semana que antes. Los que tienen hijos son más propensos a laborar los fines de semana y más de ocho horas al día que los que no los tienen. Esto se debe probablemente a la dificultad de equilibrar las responsabilidades laborales y familiares en el mismo entorno. La falta de separación física entre la empresa y el hogar puede llevar a trabajar más horas y los fines de semana. Aquellos menores de 40 años son más propensos a ocuparse los fines de semana y más de ocho horas al día que los mayores de 40 años.

"Aunque la colaboración a distancia ofrece a los empleados una mayor flexibilidad, también dificulta enormemente la desconexión", afirma Paul McDonald, director ejecutivo senior de Robert Half. "Mucha gente se siente presionada para seguir el ritmo de las crecientes cargas laborales e invertir muchas horas para atender las necesidades del negocio y de los clientes".

Las observaciones de Robert Half están respaldadas por estudios independientes. El NBER (Buró Nacional de Investigación Económica, por sus siglas en inglés) informa que la jornada laboral media se alargó 48.5 minutos en las semanas siguientes a las indicaciones de quedarse en casa y a los cierres patronales en todo EE.UU. en marzo de 2020. También aumentaron las reuniones y la actividad interna por correo electrónico. Los economistas analizaron datos de más de 21,000 empresas de todo el mundo en 16 grandes áreas metropolitanas.

Hay que señalar que los resultados del estudio del NBER no significan necesariamente que la gente trabaje más horas.

"No está claro si este aumento de la duración media de la jornada laboral representa un beneficio o un inconveniente para el bienestar de los empleados", afirma Evan DeFilippis, uno de los autores del estudio. "Por un lado, la flexibilidad para elegir el horario profesional en función de las exigencias domésticas puede potenciar a los empleados al darles cierta libertad sobre su horario. Por otro lado, el cambio de horario puede hacer que se confunda la distinción entre trabajo y vida personal, facilitando el exceso de labores."

Las consecuencias del exceso de trabajo pueden ser terribles para la salud de las personas. Puede provocar agotamiento físico y mental, mayores niveles de estrés y dificultades para conciliar el sueño. En algunos casos, los empleados también pueden experimentar una disminución de la productividad debido al agotamiento y la fatiga. Trabajar sin parar significa que el cuerpo también lo hace sin pausa, forzando los órganos, especialmente el corazón, y el cerebro. Todo ello puede repercutir gravemente en la salud de una persona, incluido un mayor riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y depresión. Estar demasiado tiempo sentado frente a una pantalla puede provocar problemas de túnel carpiano, espalda y vista.

Las organizaciones deben establecer normas y expectativas claras en torno a las herramientas de videoconferencia para mitigar estos posibles efectos adversos. Esto ayudará a garantizar que los empleados conozcan las posibles dificultades de utilizar herramientas de videoconferencia, como el riesgo de agotamiento. Les ofrecerá las herramientas y los recursos necesarios para utilizar la tecnología de forma responsable. Esto puede incluir el establecimiento de límites sobre cuándo se espera que los empleados estén disponibles para reuniones virtuales, y el fomento de descansos regulares y tiempo alejado de las pantallas. Además, las organizaciones deben esforzarse por equilibrar la comunicación virtual y en persona, garantizando que los empleados tengan oportunidades de conectar con sus colegas de forma más personal y significativa.