La tecnología como mediador cultural: una nueva mirada desde los museos

En plena era de la personalización, las muestras artísticas que no contemplan las diversidades del público parecen pertenecer a otro siglo. Hoy, más que nunca, los museos tienen el desafío -y la oportunidad- de convertirse en espacios verdaderamente inclusivos, capaces de generar experiencias significativas a través de la tecnología. Pero no cualquier tecnología: hablamos de aquella que se diseña desde la empatía, con foco en la experiencia del usuario.
Más allá de la obra: las personas como centro
El museo del siglo XXI ya no es solo una institución que conserva objetos; es, o debería ser, un espacio social, donde se fomente el intercambio, la participación activa y la emoción. Esta transformación se alinea con el modelo de democracia cultural, que pone el acento en el derecho de todos a participar en la vida cultural, más allá de su edad, formación o capacidades.
En este contexto, surge el concepto de mediación cultural: una práctica que busca conectar comunidades, contenido y tecnología para crear experiencias inclusivas y dialógicas. Fulvia Strano lo define con una imagen potente: “hacer hablar a las piedras”, es decir, dar vida al patrimonio a través de la relación con las personas y no solo con los objetos.

Diseñar experiencias con diversidad en mente
La mediación cultural cobra fuerza cuando se piensa desde la diversidad: no todos los públicos procesan la información de la misma manera. Hay diferencias generacionales, culturales, cognitivas, físicas. Es ahí donde la tecnología audiovisual se convierte en una gran aliada para crear caminos múltiples hacia la misma experiencia. Entre otras:
- Códigos QR que permiten elegir niveles de profundidad según el interés del visitante.
- Instalaciones interactivas que fomentan la participación activa en lugar de la contemplación pasiva.
- Realidad aumentada y realidad virtual para reconstruir contextos, acercar detalles invisibles o permitir recorridos alternativos.
- Inteligencia artificial aplicada a guías conversacionales, recomendaciones personalizadas y traducción automática.
Estas herramientas no solo hacen más accesible el contenido, sino que también invitan a una co-creación de significados, donde el visitante no es un receptor, sino un protagonista del relato.

La tecnología, un puente para la inclusión
Usar la tecnología en museos no debe ser una moda ni un agregado estético: debe tener un propósito claro. En este caso, actuar como mediador cultural que reduce las barreras, no solo físicas o económicas, sino también simbólicas y tecnológicas. El objetivo no es solo mostrar arte, sino emocionar, provocar, dialogar. Es ahí donde el museo se convierte en un espacio de encuentro real.
Conclusión: del discurso único a la diversidad de experiencias
En una sociedad cada vez más plural, pensar una única forma de acceder a la cultura es, simplemente, obsoleto. La tecnología, cuando se diseña desde el usuario y la inclusión, puede transformar al museo en un espacio vivo, participativo y emocionalmente resonante. Un lugar donde todas las personas puedan reconocerse, aprender y aportar su mirada única.
La mediación cultural no es una estrategia adicional, es el núcleo de un nuevo paradigma en el que la tecnología no sustituye la experiencia humana, sino que la amplifica y enriquece. Porque, al fin y al cabo, lo que queremos no es solo mostrar obras, sino generar conexiones.
Referencias:
- Di Milano, C. (2023). Museums, Audiences, Citizens. Diputació de Barcelona.
https://www.diba.cat/documents/d/opc/museums-audiences-citizens_da-milano_format-opc-pdf
- Strano, F. (2021). Museum Cultural Mediation as an Anthropological Approach to Art History.
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Lamoureux, È., Saillant, F., Maignien, N., & H-Levy, F. (2021). Cultural Mediation: Museums and Diverse Audiences. En colaboración con el Écomusée du Fier Monde. https://ecomusee.qc.ca/wp-content/uploads/2021/03/Cultural-Mediation_Museums-and-Diverse-Audiences.pdf
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