COMUNICAR BIEN UN BUEN MENSAJE EL RETO PRESENTE DE LAS IGLESIAS Y CASAS DE CULTO
A lo largo de la historia de la humanidad entendemos que toda confesión religiosa o de fe ha buscado edificar a las personas de manera positiva. Existen diversas creencias, religiones y manifestaciones de fe o movimientos que incluso sin ser religiosos, finalmente transmiten un mensaje a sus fieles y esperan que este sea recibido, comprendido y apropiado por parte de cada receptor.
El reto de comunicar un mensaje siempre será una constante para estas organizaciones, en donde algunos han comprendido que deben sumar un elemento que se ha definido en algunos sectores como "experiencia". En un mundo hiperestimulado a nivel sensitivo, la comunicación eficaz de un mensaje no se puede limitar a las palabras, debe tenerse en cuenta el entorno, el ambiente, la iluminación, el uso adecuado y razonable de ayudas visuales junto con la calidad y calidez auditiva para que escuchar el mensaje no sea una tortura si no un agrado. La velocidad y alcance de las redes sociales para dispersar un mensaje, y la sobreestimulación que genera, hace que la gente esté perdiendo capacidad de concentración y de asombro.
Estamos frente al desafío de ayudar a estas organizaciones a llegar con un mensaje a personas que buscan realmente escuchar, y sobre todo reflexionar en el contenido. Esto requiere que el mensaje sea en realidad rico y lleno de valor y que además pueda ser llevado a la practica en la vida diaria. Juntamente con esto, el ambiente y las herramientas tecnológicas para amplificar el sonido, las gráficas, imágenes y demás ayudas que permitan hacer entender el mensaje son piezas clave en un conjunto que potencia la capacidad comunicativa y el valor del contenido hacia la audiencia. Si tomamos como referencia algunos estudios que, por ejemplo han demostrado que un templo religioso llega a invertir hasta en cinco diferentes sistemas de sonido antes de adquirir lo que realmente necesita, y lo mismo sucede con soluciones de video e iluminación; nos lleva a reflexionar sobre la responsabilidad a la hora de brindar una asesoría confiable que lleve de la mano a las organizaciones de este sector en la definición de una solución correcta, asequible, confiable y de operación muy intuitiva.
Uno de los elementos clave en la innovación es cuestionar lo que funciona bien, y acá aparecen las buenas preguntas. Es clave que ayudemos a las organizaciones a conocer como los están percibiendo, que están escuchando, como lo están escuchando y que pudiéramos hacer mejor para hacer más agradable la experiencia.
Jamás sobrará la creatividad acompañada de la motivación adecuada para lograr un objetivo. El llamado a las empresas y a los consultores de AVL es a poner su conocimiento y experiencia en función de la buena comunicación. El ser humano siempre se ha comunicado y ha buscado avanzar no solo en la rapidez, alcance y contenido, sino también en el valor y el poder de transformación que llega a tener un mensaje. El reto de hoy es lograr integrar adecuadamente el mensaje, la tecnología, la audiencia y los recursos que pueden dar fuerza al contenido, pues en ocasiones el riesgo es que se diluya el mensaje en medio de la puesta en escena, y en ese caso el estímulo sea más emocional que a la mente consciente. Un mensaje puede ser muy bueno, pero si es mal comunicado, jamás tendrá el efecto o la trascendencia esperada. Una historia que no logra seguir siendo contada entra en la caja de los objetos olvidados. De ahí que la capacidad del comunicador cobra tanta importancia como los elementos que usa para hacer potenciar su mensaje y aumentar enormemente el efecto anhelado.
Mientras exista el ser humano, la comunicación siempre será un gran reto. Los procesos que se aceleraron post Covid, como los servicios de culto en línea, las interacciones de forma virtual, las metodologías de enseñanza remota y demás relacionadas, demandan mayores capacidades comunicativas y un uso óptimo de las herramientas tecnológicas a disposición. Captar la atención de quienes están frente a la computadora o su televisor en la sala de su casa, lograr aislar las distracciones y lograr involucrarlos en el contexto del servicio religioso, son desafíos grandes en el contexto actual.
Cada vez tenemos más actividades que de forma híbrida conectan personas de manera presencial y virtual en un mismo evento, por lo que se hace necesario pensar en los diferentes tipos de audiencia, sin generar un protagonismo en alguno, sino más bien acercarlos y lograr que tanto audiencia y mensaje tomen trascendencia.
En diferentes encuestas de satisfacción aplicadas a usuarios de eventos en modalidad híbrida, manifestaron haberse sentido "excluidos" pues "no se escucharon bien". Por otro lado, expresaron que el predicador o conferencista no se veía bien o se veía lejano", así mismo manifestaron que "las imágenes o contenidos presentados no se lograban apreciar correctamente". Otras percepciones fueron descritas como que "sintieron lejano el servicio y que quien estaba dirigiendo la reunión solo estuvo interactuando con la audiencia presente en el lugar".
En este sentido, el reto es bastante amplio y también incluye a las empresas integradoras, consultores o profesionales que asesoran entidades religiosas, centros de culto y demás, para que logren estar altamente capacitados, donde logren apropiar la necesidad de los usuarios, así como sustentar su experiencia y conocimiento con certificaciones profesionales como la CTS. Los actores de la industria estamos llamados a entender las necesidades del mercado, la velocidad de la tecnología y las expectativas de los clientes y los usuarios finales, así como a la sensibilidad de su entorno para ayudar a construir una experiencia donde la fuerza de cada mensaje logre la trascendencia y la influencia esperados.
Elkin Gamba / para AVIXA
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La comunicación efectiva es un proceso continuo y evolutivo que requiere esfuerzo y dedicación constante. Muchas gracias por compartir tus ideas @Elkin Germán Gamba Velásquez .